viernes, 25 de septiembre de 2009

A tí mamita...




Hoy es un día especial, hoy tengo una razón para celebrar, una razón para escribirte. Hoy encuentro mil motivos para agradecer a Dios por haber puesto en mi vida a un ángel que guíe mi camino.

Mamita, antes de darte las gracias, me gustaría pedirte perdón, pues nunca me detuve a alabar verdaderamente el sacrificio que has hecho por tus hijas, sé que en todo lo que haces pones tu corazón y que darías tu vida entera por nosotras.

Pensé en agradecerte por la dedicación que has tenido siempre; sin embargo, entendí que no me alcanzaría la vida para hacerlo.


Gracias por estar siempre ahí conmigo, aún cuando pensé que no te necesitaría más. Gracias por enseñarme a disfrutar cada mintuo de mi vida, por tu apoyo, por tu amor.

Sabes, hemos compartido tantas cosas juntas, me has enseñado tanto, y a veces hasta he sentido que también te he dado algunas pequeñas grandes lecciones, es curioso, no?
Siempre has dado lo mejor de tu vida para que a Kim y a mí no nos falte nada, y sabes que es lo mejor de todo? , que nunca hizo falta una cuenta en dólares, o un maletín lleno de dinero para que fuéramos felices. Me considero la hija más feliz del mundo por tener en mi vida a una mamá como tú.

Gracias por ser mi amiga, mi compañera, mi cómplice. No se venden manuales para aprender a ser una buena hija, pero tampoco para aprender a ser madre, y tú mamita, tú has sido mucho más que una madre para mí, si vendieran ese tan cuestionado manual, preferiría que no gastaras tu dinero en adquirirlo, pues no lo necesitas. Superas con creces las expectativas que cualquier hija pudiera tener, incluso las mías.


Muchas gracias por tu esfuerzo, por tu valor, por ese sentimiento que te caracteriza. Gracias por hacer siempre lo imposible para lograr mi felicidad, porque sé que serías capaz de ir al cielo y bajarme las estrellas, como lo hizo Margarita, en el poema que tía me leía siempre con tanto afán, mientras tú trabajabas duro y lidiabas con ese montón de pequeños llorando porque no querían que la enfermera les pusiera una "puya".

Lo más sorprendente de todo, es que a pesar del sacrificio que haces, siempre luces maravillosa. Sé que muchas veces te dolió ese sacrificio del que hablo, sé también que hubo muchas veces que lloraste en la intimidad de tu cuarto, con la única compañía de la almohada cuando papi no estaba, o andaba de gira. Te preocupas cada vez que me voy de fiesta y llego de madrugada.

¿Recuerdas cuando estudiabas conmigo para los exámenes?. Eras la mejor haciendo cuestionarios y "tomándome la materia" para ver si me lo sabía todo. Recuerdo tus esfuerzos sobrehumanos para parecer "toda una gringa", cada vez que me ayudabas a estudiar inglés, por suerte nunca se me dificultó!

También recuerdo cómo sufrías cada vez que estudiaba matemática con papi y terminaba llorando porque no entendía los problemas de geometría... Dios... la matemática nunca fue lo mío!


En cada entrega de notas, "la niña" tenía la misma observación: "Karlita es una excelente alumna, pero conversa mucho en clase". Nunca me sorprendió, y sabías que eso era herencia de mi papá, por lo que nunca te preocupaste de más.

Tu comida es la mejor del mundo, ese sazón y ese amor que pones a todo lo que haces en la cocina, saben a gloria, no los cambiaría por nada.

Gracias por tu afán para que nos pusiéramos abrigo cada vez que salíamos y hacía frío para que lleváramos sombrilla al colegio por si llueve, por los cuidados que nos dabas cuando enfermábamos, además de la mejor mamá, puedo decir que tengo en casa, a la mejor enfermera del mundo.


Nunca podré olvidar esas horribles cucharadas de jarabe y pastillas de bacalao, que me producían unas ganas increíbles de vomitar, las mascarillas con salbutamol que me hacían temblar cuando tenía asma, las inyecciones para controlar el dolor de las innumerables infecciones de oído, la medicina para la garganta y los remedios caseros para curar todo mal. Las cucharadas de magnesia rey y aquellas veces que me tenías que sobar porque tenía "pega", por cierto, fueron muchas veces, es que me encantaba comer. Hartaba!

Mil gracias por darme consuelo cada vez que me caía mientras jugaba y me raspaba las rodillas, cada vez que me golpeaban cuando jugaba bola y cuando me caí usando la "bici".

Gracias porque aunque te podía estar llevando el carajo, siempre te lavabas la cara y sonreías, para que yo viera que una sonrisa no cuesta nada, que la vida era genial y que estábamos en nuestro mejor momento, aunque fuera todo lo contrario.


Es invaluable también la cara de sorpresa y satisfacción cada vez que te entregaba alguna chuchería de esas que nos ponían a pintar y a elaborar en la escuela para el día de la madre, aunque no sirviera para nada, me hacías feliz porque según yo, te encantaba, y sabes, lo hacía con mucho amor.

Gracias por colaborar siempre que mis amigos o compañeros te piden RICE AND BEANS, es la especialidad de la negra, o no?. Todavía pienso que el negocio para cuando llegue la pensión, es una buena idea, luego hablamos de eso.


Te aprendiste de memoria el cuento de Blanca Nieves por leérmelo una y otra vez, era mi cuento preferido, recuerdas?, por comprarme un helado luego de que salíamos del dentista, eso sí que era terrible, perdón por hacerte pasar tantas vergüenzas.

Con el tiempo, he ido creciendo, y aunque mis ocupaciones han incrementado, nunca voy a olvidar lo que significas para mí, porque lo siento en el corazón, porque gracias a tí estoy en este maravilloso mundo, luchando por ser una mejor persona día con día, luchando por llegar a ser una gran mujer.

Agradezco infinitamente que siempre me hicieras feliz, y lo sigues haciendo. Espero en Dios que algún día, no muy lejano, pueda devolverte al menos un poquito de todo lo que he recibido de tu parte en estos diecinueve años de vida, no hablo de las cosas materiales, sino de todos los cuidados y el amor que me tienes.

Sabes que no soy muy buena en eso de expresar mis emociones, pero prometo que lo voy a intentar, porque tú lo vales, y no quiero que el día que te vayas, lo hagas sin que sepas que te amo más que a nada en el mundo, al igual que a papi, y a Kim por supuesto.

Gracias por hacer de mí, lo más importante de tu vida.

TE AMO

sábado, 19 de septiembre de 2009

"A Margarita Debayle". Rubén Darío



Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento.

Este era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha del día
y un rebaño de elefantes.

Un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.

Una tarde la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti.
Cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: "¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?"

La princesa no mentía,
y así, dijo la verdad:
"Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad."

Y el rey clama: "¿No te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar."

Y dice ella: "No hubo intento:
yo me fui no sé por qué;
por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté."

Y el papá dice enojado:
"Un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver."

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el buen Jesús.

Y así dice: "En mis campiñas
esa rosa le ofrecí:
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí."

Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesa está bella,
pues ya tiene el prendedor,
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento

Ya que lejos de mí vas a estar
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

viernes, 18 de septiembre de 2009

¿Quién soy?





A veces es difícil describir a una persona de forma completa, ya que son muy pocos los momentos de la vida en los cuales puedo decir que conozco verdaderamente a alguien. Pero más difícil aún, es hablar sobre mí misma. Tener la capacidad de mostrar un pedacito de lo que soy a los demás.

En cuanto a la presentación básica que hago generalmente, puedo decir que mi nombre es Karla Delgado; sin embargo, de cariño me llaman “Karlis” o “Karlita”. Tengo dieciocho años de edad y vivo en Heredia. Estudio Relaciones Públicas en la Universidad Interamericana y hasta hoy, he aprendido a amar mi carrera y a sentir la esencia de su significado e importancia.

Hay ciertas características que van más allá de nuestra apariencia física... Me atrevo a decir que soy una persona muy tranquila y reservada, tímida en algunas ocasiones pero muy extrovertida cuando siento que existe la confianza necesaria para poder expresarme. Soy una mujer muy analítica y precavida. Tengo muchas virtudes, pero también algunos defectos que lucho por superar día con día, creo que levantarse y seguir adelante luego de un fracaso, es la mejor forma de aprender a vivir. Soy pequeña, pero tengo un corazón grande. Saber escuchar es una de mis mejores características y aunque no siempre puedo dar un buen consejo, intento transmitir a los demás una opinión válida que tal vez, puedan considerar en algún momento. Estoy en esta vida para servir a los demás y cada vez que veo una oportunidad para ayudar, la tomo sin pensarlo dos veces. Soy una persona sencilla, no vivo con lujos y acostumbro a trabajar duro para conseguir mis metas, ya sean materiales, personales o profesionales.

La amistad... Este valor encierra las etapas y factores más importantes en mi vida. Considero a los verdaderos amigos, como el mayor tesoro que puedo encontrar y guardar sólo para mí. Creo que los amigos son seres increíbles que me regalan un espacio para compartir vivencias, pensamientos y sentimientos, son esa mano extendida dispuesta a darme la fuerza que necesito para seguir, ese hombro libre para llorar mi dolor, y esa sonrisa que necesito día a día para iluminar mi vida.

Soy de las personas que da mucha importancia a esos "pequeños grandes detalles": apreciar un atardecer, la magnificencia del océano, la laboriosidad de una hormiga y ese millón de cosas hermosas que me regala la naturaleza. Procuro tener todos los días, un momento de soledad, un momento de intimidad para pensar, reflexionar y luego, ser capaz de entregar todo a los demás.

Creo que no vale la pena desperdiciar mi tiempo disgustándome por pequeñeces, intento no dejar de lado la importancia de un abrazo o el valor y la alegría de dar y recibir una sonrisa, trato de que cada día sea el día más feliz de mi vida.

Quisiera compartir una frase dicha por una de mis amigas, tal vez no sea una frase célebre, pero personalmente, encontré en ella una reflexión muy cierta. Ella dijo: "Cómo entender que para ser felices no necesitamos un océano, si en una gota de agua podemos ver el arcoiris".

 

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