martes, 8 de junio de 2010

Barbie y Ken



A nosotras entonces, nos toca conformarnos con ¡El Ken!
El Ken, ese muñeco de plástico de mirada fija y vacía ( como también vacíos están sus bolsillos porque todo es de la Barbie ¿no?), el muñecón de facciones perfrectas que ni suda, ni se despeina. Con ese mal ejemplo crecemos las mujeres en el mundo pensando que ese es el modelo de hombre perfecto: un perfrecto idiota. Y si esos son los ejemplos que nos dan a seguir cuando niñas, pues entonces, ¿qué se podrá esperar de nosotras cuando adultas? Además, ¿cómo defraudar a la mamá y no seguir sus pasos? Si ellas empezaron casándose con nuestros papás. ¿Cómo les vamos a salir ahora defraudándolas consiguiéndonos, eso sí, un buen partido?
El caso es que el Ken, que en la vida de la Barbie sólo sirve para hacer visita en la sala rosada, de la casa rosada, llena de todas las demás Barbies vestidas, pues de rosado, al que spolo lo invitan a su casa, de visita y eso que es el marido de la popular muñeca. ¿Ese es el ejemplo a seguir? Eso es lo que quieren nuestras mamás para nuestro futuro: ¿al hombre de adorno que no sirve para nada? El Ken, tan mal dotado que uno le baja los pantalones y ¡ahí no pasa nada! Por eso desde pequeñas nos acostumbramos a conformarnos con tan poquito. Por eso nos encanta que la Barbie le ponga los cuernos al Ken con todos los muñecos del baúl: con el Increíble Hulk, y con todo el montón de soldaditos de plástico. Tan mal dotado estará que la Barbie popularizó la inseminación artificial. Ante la ineficiencia procreadora de Ken, los bebés de la Barbie no se conciben, sospechosamente aparecen ya listos dentro de una cajita rosada en los supermercados. Aparte vienen en todos los colores y razas. ¡La Barbie es terrible!

Sí, el Ken no es más que un donante de esperma. Pero será cuando lo derriten, porque todo el mundo sabe que la Barbie siempre anda con otros. El Ken es tan patético, que ni siquiera salió en Toy Story. En donde cabe resaltar, salieron todos los juguetes. Al muy cretino le ganaron el casting un chancho alcancía, un dinosaurio y un perro salchicha. Además al Ken le cabe aquella canción de ese otro Ken original, el venezolano... el del peinado esponjado: El Puma. Ese ídolo en decadencia que cantaba: "¿Dueño de tí, dueño de qué? ¡Dueño de nada! Sí,k el Ken además es un vaciado porque todo es de la Barbie.
La casa, el carro, la moto y la piscina son de la Barbie...
Y lo más humillante de todo: el bar y hasta el motel son de la Barbie. Pero ahí sí estoy de acuerdo: que todo sea de la Barbie porque al final todo termina siendo de una. Por eso amo a ¡la Barbie divorciada!.

Lo cierto es que la Barbie es la más hábil de todas las muñecas. Al menos tiene todo claro. Es la más independiente y la mejor neociante de todas. Nuestro modelo a seguir y la culpable de gran parte de nuestras frustraciones. Sí, porque tener como modelo a una muñeca casi perfecta, que no sabe lo que es una cana, a pesar de que ya es oficialmente una cucha (de ahí el popular término "Cuchi-Barbie"), que no necesita de la plata del marido para nada, que tiene hijos y ni se le nota y, que además tiene para pagarse su propia silicona y todas sus cuentas. La Barbie, que no tiene un solo pelo de plástico de tonta, tamibén es nuestro principal motivo de frustración latinoamericana.

Para evitar entonces que las mujeres del mundo crezcamos pensando que el esposo es un sin gracia. Para desde pequeñas aprender a respetar al marido, al propio o al menos al ajeno, sería más considerado que se inventaran una muñeca que sí nos ayude a prepararnos para el futuro y para nuestra verdadera realidad tercer in-mundista. Algo así cmo la Barbie Chibcha. Que se llame Yuris Johanna, Nini Paola, mejor dicho, que tenga un nombre más familiar. En fin que la Barbie latina, en vez de venir con piscina, helipuerto y salón de belleza propio y cosas de esas que no vamos a tener, que venga más bien con sus propios artículos de aseo... pero no personal, sino para limpiar la casa. Que venga con su propio Clorox, con su propio Ajax y con un bulto bien grande de caldo de gallina. Que ande en chancletas y que tome Prozac para la depresión Pre y Post parto que seguramente le va a dar cuando se dé cuenta del marido que le tocó. Que en vez de poder maquillarla, venga con un kit completo para hacerse la cera y quitarse el bigote que eventualmente nos sale a todas! Así unas nos depilemos con más frecuencia que otras.

Sí, que la nueva Barbie latina sea una pobre muñeca, pasada de peso y que trabaje en algo tan real como vendedora de L'Ebel. Eso es más realista. Eso sí que es preparanos para el futuro. Que venga con su propio accesorio, o sea, su marido. Que en vez de la sonrisa tonta que no se le borra ni con ácido de batería (ya lo he probado), viva deprimida ante la infidelidad del John Wilmer Ken, la versión latina del novio de la Barbie. Y que en vez del carro convertible rosado se suba en bus... o en carro pero pagado por cuotas. Nada de la flota de carros rosados convertibles parqueados en la puerta. ¿A quién quieren engañar cuando aún pensamos que todos nuestros sueños infantiles sí son posibles? Yasí, con una Barbie larina, podremos evitarnos toda esa frustración infantil por no ser altas, flacas, millonarias, súper populares y siliconudas...

Pero el Ken, ese sí, bajo ningún punto de vista puede ser el modelo de hombre que queremos en nuestras vidas. Tampoco recomendaría a las mamás regalar a sus hijas ningún tipo de Súperhéroe. ¿Para qué? Si en la vida real lo que nos toca es otra cosa. Imagínense la tragedia que sería si el novio de la Barbie fuera algo así como el Hombre Araña, por ejemplo.¿Para qué? Para que cuando crezcamos, nos toque cortarnos las venas, pues la ilusión del hombre arácnido se resume a un trepador que lo único que hace es pegarse como un chicle y escalar posiciones a costa nuestra. No gracias. Y esa es la cruel realidad. O qué tal Súperman, uno que vuele. ¿Para qué? ¿Para qué soñar con tanto si en la vida real lo que nos oca es uno que vuela, sí, pero a los brazos de la otra? O Batman y Robin, el dúo dinámico para que aprendamos a admirarlos desde pequeñas.. Para que en la vida real nos toque conformarnos con Barman y Robin, un par de borrachos que, entre otras son ¡re-gay! Admitámoslo, en la vida real, los únicos súperhéroes que nos tocan son FLASH... Pero Gordo, o el más popular de todos: el Hombre Invisible. Ese que con quien estuvimos un tiempo y luego desapareció de nuestras vidas sin dejar rastro...

6 comentarios:

Mariposa Tecknicolor on 9 de junio de 2010, 9:42 dijo...

Querida Karla:
Gracias por tu comentario. Me has puesto a pensar y en muchas cosas coincido contigo.

Necesito salir de la Ciudad. Intentaré hacerlo un par de días, a ver si el sábado se me acomoda. Sola estaría bien, supongo que me hacen falta algunos días conmigo misma.

Te mando un abrazo,
Mariposa Tecknicolor.

Mariposa Tecknicolor on 9 de junio de 2010, 10:33 dijo...

¡¡Pero qué bárbara!! Me encantó este texto de Barbie y Ken. No sabes cómo me he remontado a mi infancia y a las cosas que platico -y platicaba- con mis hermanas.

Tienes mucha razón.

Mi mejor amiga -la diseñadora de modas- y yo, en el supermercado siempre hacemos mofa de que vamos a comprar la "barbie depresión", la "barbie corazón roto", la "barbie divorciada" o la "barbie alcohólica o anoréxica"; dígase con otras palabras: que vamos a comprar una barbie que refleje lo que verdaderamente las chicas de ahora vivimos o sentimos.

Una vez que estábamos muy deprimidas (ah porque además habrás de saber que sí somos fanáticas de las barbies desde niñas), nos metimos a hacer las compras y llegamos al anaquel de las barbies, y pensábamos: "¿por qué no hay una que se vea como nos vemos ahora tu y yo?", "no lo sé", nos respondíamos la una a la otra.

Fantaseábamos con que bajo sus camas rosadas de sus casas de tres pisos, escondían sus antidepresivos o sus medicamentos para la ansiedad. Fantaseábamos con que por fin nos ibamos a comprar una de esas casas o un departamento con piscina y un coche para dos para andar juntas y compartirlo, sin necesidad de tener un Ken, un "soltero tóxico" o algún otro hombre en nuestras vidas.

Ahhh, así es esto.

Nuestras mamás nos enseñaron -de una u otra manera- que siempre vendría un Ken a casarse con nosotras para hacernos felices y para formar una familia. Mmmmm tendrán ahora que saber que el matrimonio ya no es como ellas lo vivieron, que ya no es opción y que es mejor valerse por una misma.

Shit.

Bonita cosa.

Me encantó tu texto, sigue escribiendo.

Te mando muchos besos,
Mariposa Tecknicolor.

Mariposa Tecknicolor on 9 de junio de 2010, 10:46 dijo...

Ah y una última cosa: ¿me das permiso de poner el link de este post en mi blog? Gracias. Ahí me avisas ehh. Besos.

Mariposa Tecknicolor on 16 de junio de 2010, 21:10 dijo...

Hola.
Nada más pasando a saludar y a decirte que te dejé un regalo en mi blog, pasa a recogerlo vale?

Te mando un beso.
Mariposa Tecknicolor.

Pablo Vargas on 20 de junio de 2010, 15:00 dijo...

Flaca, que buen post!! No tengo nada más que agregar excepto que me ha encantado la forma en que lo escribiste y lo planteaste, sencillamente genial. Muy buen tema, y excelente el texto, es hora de dejar de vivir de los estereotipos que nos han inculcado desde niños, la vida es como una autopista abierta, debemos vivirla a nuestra manera...

Saludos señorita, un gusto pasar d nuevo por acá, nos seguimos leyendo, un abrazo!!

Anónimo dijo...

ay gente como tuque prefiere muñecas fea o con un sistema tan perfecto que asta sudan.
ademas tapoco ay q exivirlos desnudos

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